DIFERENTES MUNDOS

miércoles, 21 de abril de 2010

VOLVÍ

Soltó el bolígrafo de entre sus dedos y rompió el poema en varios trozos que lanzó con pena al suelo. Había vivido tantas veces la misma historia, que ya no se distinguía que pedazos habían caído en ese instante y cuales morían ya de olvido entre aquellos montones que poblaban la habitación. ¡Cuántas veces las mismas líneas! Aquellas que nunca llegarían a ver la luz, las que tantas veces escribió pero nunca escaparon de sus labios.
Y de nuevo, la mirada ausente, perdida, recordando el primer día que la vio, tras aquellos jazmines del parque. Era un ángel, un ser de belleza indescriptible, sublime, vestida de dulzura y calidez.
Amó en silencio aquel instante, abrazando el aroma del tiempo que estuvo contemplándola. El cobijo de aquel árbol refugió su timidez. Dejó volar su deseo y soñó recitarla versos llenos de amor.
Desde entonces cada día, el mismo sitio, la misma hora.
Deslizó sus manos y cogió el bolígrafo, fugazmente buscó una hoja en blanco, el pulso le tembló al recordarla y dibujó entre sueños su sonrisa. Comenzó a escribir...

MI ÁNGEL

Volví ha pedirle al aire
que posara un beso en ti,
rozara tu cabello
y su aroma me trajera.

Volví y susurré al ruiseñor
que cantara por mi amor
trinos suaves y profundos
albergando mi dolor.

Volví ha dejarte la rosa
que recoges con pasión,
mimas y besas
acercándola al corazón.

Volví a embriagarme de ti
a perderme en tu rostro
en tus labios,
en los pétalos de tus manos.

Volví ha buscar tu mirada
azul, cristalina.
volando perdida.

Volví por ti,
mi alado ángel
volví a soñarte
volví a llorarte.

Volveré mañana a verte
Y volveré ha escribirte
que regresé a nuestro parque
y allí mi amor... algún día quererte.

Soltó el bolígrafo de entre sus dedos y rompió el poema en varios trozos.

3 comentarios:

  1. Hola, Printova,

    Los dos lados de la nostalgia, dulce y amarga: preciada hermosura a veces, dañina y cáustica, otras; muy bien descrito el sentimiento de timidez.
    Siempre estamos en constante lucha contra nuestro sentimiento, pues siempre he tenido motivos para pensar que, a veces, nos hace más daño, no lo que dijimos, sino lo que dejamos de decir.

    Besos,
    Mián Ros

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  2. ¡Qué bonita esa frase! "nos hace más daño, no lo que dijimos, sino lo que dejamos de decir. Muy profunda.
    Un besito Mian.

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  3. A veces sucede: "... de nuevo, la mirada ausente, perdida, recordando...", y no queda más remedio que mirar adelante


    Un saludo y un abrazo, y gracias por pasar

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Gracias por tus palabras.